lunes, septiembre 09, 2013

Literatura Surrealista

Hace tiempo no escribo literatura surrealista, para liberar mi cerebro y que simplemente mi cabeza no piense, sólo escupa.

He visto los pájaros volar hacia el norte, lo único que siento es el corazón latir, es nostalgia, es dolor, pero las aves simplemente vuelan y no me dicen un hasta luego, mucho menos un adiós, es una experiencia macabra, como la de una calabaza estrellada en el mundo de las calabazas que no son de decoración.

Como quisiera probar ese néctar azul, pero al mismo tiempo encuentro paz en lo que se dilata, no me basta con pintar miles de cuadros o escribir poesía barata, el cerrojo es capaz de abrirse en esas aves, en mi camino ese candado se encuentra cubierto con lamentos de mil niños, que jugaban en un parque de escuela, el gordo me decían, entre tantas piernas golpeando un balón, la cabeza me explotaba, sólo quería despedir a las aves, esas bellas aves que se desintegraban en el horizonte.

Ahora sólo miro con nostalgia, ese laberinto de hámster desesperado por encontrar su alimento, será la maldita nuez lo que busco, o simplemente las rodillas me sangran otra vez, como cuando caí en el pavimento aquél verano. 

Necesito combustible por eso escucho las canciones, que se mueven al ritmo veloz de piernas impulsando una bicicleta cuesta arriba por una pendiente, ya no busco palabras complejas, sólo palabras sinceras, en el pasado pensé que los sinónimos hacían más intelectual al escritor, hoy en esta noche presente, el mensaje no importa de quien venga o como se diga, lo que importa es que saque una mecha para que le pongas un fósforo, y los pedazos se coman tu cabeza y con ella tu vida.

Como el que lleva una orquesta, loco, loco en los momentos intensos, pasivo cuando el mar llega a la calma, sin embargo prefiere vivir loco, el cuerdo es aburrido, el cuerdo se consume en lo cotidiano, el loco todo lo cree, y al mismo tiempo todo lo sabe, no se trata de juzgar se trata de ver pero también de no permitir recibir explicaciones de quien quiere cambiar una versión, se trata de entenderlo y quedarse en silencio, no se necesitan explicaciones cuando se te ven esos enormes anteojos con bordes negros, de que sirve cuestionar lo que se ve, de todas formas al final de cada historia todos nos volvemos estilistas, y superhéroes, engordamos al flaco y le pintamos el cabello rubio a la chica castaña, así somos, pero lo que yo veo, lo veo y sino lo viera me lo imagino.

1 comentario:

: Lyn : dijo...

Que hermoso escrito, ha brotado de mí un rayo de ilusión al leerlo, quien más que vos para entender como vestir a la vida de palabras llenas de sinceridad, por eso me he dejado embrujar por tus locuras.

Gracias por el viaje que me has regalado hoy.

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