Me gusta recordar el pasado, porque me hace ver como he cambiado, y como de algún modo todo parecía diferente por aquél entonces, no sólo en lo social, sino también en mi pensamiento propio, recuerdo que me preguntaron en algún examen: ¿Qué piensas de algún acontecimiento histórico? mi respuesta fue: me pareció muy bueno.
Ese día la profesora me llamó a su escritorio y me dijo: "no puedes decir sólo que te gusta o no, sino que debes ampliar con por lo menos una frase del porque...", esa vez no presté demasiada atención y en exámenes futuros siempre colocaba los mismos argumentos: "Me gusta, porque me parece muy bonito", "Es muy buena la educación porque me hace ser mejor persona", siempre terminé con un punto final, y no importaba demasiado si era la Batalla de Rivas, o la llega de Colón a América. Mis respuestas siempre fueron simples.
Actualmente ya no hay respuesta simple para mi persona, he descubierto que el ser humano es tan complejo, que no basta con una respuesta corta, no es suficiente con 3 renglones para poder decir lo que yo siento, aún en la televisión se puede ver adultos a los que se les preguntan cosas como: ¿Qué piensa de tal partido político? o ¿Por qué estudió la carrera que escogió?, las respuestas no me sorprenden, son totalmente predecibles y aburridas: "Estudié para ser un buen profesional y sacar adelante la vida", o la típica: "Me gusta este partido político porque va a hacer muy bien las cosas". No pongo en tela de duda que quizás esas sean sus mayores aspiraciones, pero ¿Dónde quedan esos personajes que te sorprenden? que no sólo te dan una respuesta sino que además te generan una gran duda, esas profundidad no la suelo ver en el diario vivir, la gente se adoctrina a un pensamiento que suele ser basado en miedos. ¿Por qué lo hacen? no tengo la menor idea...
Por eso siempre regreso a mis libros... porque en ellos encuentro frases, que no sólo me hacen cuestionarme cosas, sino que algunas no las olvidaré el resto de la vida.
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