¿No sé cuanto tiempo ha pasado? ni siquiera sé en que momento me perdí, lo único que puedo ver es el interior de mi bebida alcohólica dando vueltas en mi copa, es difícil sostener una vida, creo que al final por eso acepto la copa de otro caballero que cordialmente me invita a seguir bebiendo.
Con esta ya van alrededor de 4 tragos, siempre de un caballero distinto, he visto varios hombres atractivos, pero sigo con una pena muy grande por eso prefiero tomarme el tiempo literalmente, es decir bebiendo de las copas, al lado esta mi amiga Jessica, sólo se ríe, es complejo entenderle a alguien en ese estado de ebriedad. Yo sin embargo soy más precavida y me mido en base a las anteriores experiencias, confiezo que 4 copas me ponen bastante feliz, sin embargo puedo mantenerme lo suficiente racional como para saber donde estoy y donde voy.
Es la tercera vez que voy al baño, dado que soy como las que en España conocen: "De pitillo flojo", puedo caminar bien y desde luego tengo unos minutos en el baño de mujeres, el mismo siempre es un drama, y más parece una sala de reuniones que un baño en sí, hay amigas por aquí y por allá hablando de acontecimientos que poco o nada me importan, de hecho yo soy de las que asisto sola, no me gusta ir acompañada para chismear, he tenido tiempo para colocar un poco de agua en mi rostro, no me preocupa el maquillaje, dado que contrario a las otras chicas no soy de las que usa demasiado, he tenido el suficiente tiempo como para ver mi rostro en el espejo, me veo poco feliz y hasta algo cansada, no sé exactamente a que se debe, a mis 25 años debería sentirme bien. Es acaso que todo con el tiempo se complica. No es que envidie a las demás personas pero me gustaría a veces estar en otro lugar, quizás gracias a mi juventud tengo deseos de tenerlo todo ya, y a toda costa, incluso lo mejor.
En fin, lo único que deseo es volver a tomar otra copa, nada mejor que una bebida fuerte y con aroma a cereza, a veces hago una analogía y cada trago es como una inyección para socializar más, y no pensar tanto, porque el pensar es a veces el mayor esclavo a los sueños que probablemente nunca realicemos, por eso prefiero inyectar más alcohol a mi cuerpo, que seguir viviendo irrealidades, al menos por algunos instantes suelo pensar que poseo todo lo del mundo, todo eso al alcance de una copa.
Con un poco más de confianza me he quitado los tacones, nadie podría verlo dado que el antro esta bastante oscuro y por debajo de la mesa es complicado que alguien se acerque, justo a mi lado se ha sentado un muchacho, claro que me lo ha pedido de manera cortés y yo al mirar el estado de la para mí Invisible Jessica he decidido aceptar su propuesta.
-Hola mi nombre es Miguel, yo fui quien te invitó a la copa- dijo con un tono casi sensual, yo desde luego no sabía de que copa hablaba porque es muy natural y por cierta astucia que tengo al ir a bares y recibir invitaciones de bebidas con apenas conocer algo de los tipos. yo respondí: -Muchas gracias la verdad es que ese martini me encantó-.
-Martini, yo te invité a un whisky en las rocas- dijo con tono de preocupado. Me di cuenta que no se trataba de la última bebida sino de una anterior, este tipo de situaciones no sólo comprometen humillan pero sé librarme de ellas, así que dije: -Es cierto lo que pasa es que Jessica mi amiga me la cambio porque ella quería beber Whisky-.
-Suele suceder, mirá me he dado cuenta que te veo pensativa y con una sensibilidad demasiado exagerada como para estar en un antro como este, dime ¿Deberíamos ir a algún lugar más tranquilo para poder platicar sobre nosotros?.- A medida que terminaba sus frases pausaba más la voz como para insinuar un mensaje de sexo cada vez más explícito.Yo no es que sea una santa, desde luego me gusta volverme difícil ante chicos que conozco demasiado, lo que pasa es que cuando conoces a alguien profundamente involucras el corazón y los sentimientos y realmente no haces sexo, sino que tienes un cúmulo de sentimientos que te mueven todo el cuerpo, incluso en el vientre sientes como mariposas, a diferencia del sexo, que desde luego es una necesidad, sin amor no es más que sexo. Pero finalmente el sexo también es muy bueno, esta es una declaración que no admitiría en las fiestas de café y galletas con mis amigas, pero a mí me encanta hacer el amor, y por eso no dudo demasiado ante propuestas esporádicas.
-Me encantaría estar a solas contigo Miguel, pero también tengo la responsabilidad de dejar a Jessica en la puerta de su apartamento, porque si miras el estado de ella es imposible que por sí sola llegue.- Le dije mientras mi mirada se detenía justo al enfocar sus bellos ojos de color azul.
-No deberías preocuparte, dado que también estás algo ebria pero yo casi no he bebido y puedo dejarla a ella en su apartamento y luego irme contigo a conversar en el mío- dijo Miguel con la voz que cada vez era algo más apetecible para mi persona, sin duda acepte moviendo la cabeza, y nos fuimos en su auto, un deportivo de color negro, que daba la sensación de ser de un ganster por sus vidrios polarizados.
En el trayecto no dijimos ni una sola palabra, yo sólo cavilaba sobre lo que haríamos después de dejar a Jessica. Cuando llegamos justo a ese momento fue una tarea difícil guiar a mi amiga para poder encontrar su puerta, y me sentí como en un juego de televisión de sábado, dado que tuve que probar como 1000 llaves para por fin dar con la que abría la puerta central, una vez entramos a la sala, Jessica se desplomó sobre el sofá de su sala principal, yo le apagué las luces y me fui al auto de Miguel.
-Tu amiga se pasó de copas, pobrecita- Dijo Miguel, a lo que yo respondí; -Estará bien para mañana lo que sucede es que esta deprimida porque su novio recientemente la ha dejado y entonces no sabe como sobrellevar la situación-.
-Entiendo suele suceder, me pregunto ¿Cómo una chica tan sensual como vos no tiene novio?- Me dijo con ciertos aires de grandeza, a lo que yo respondí: -Nunca dije que no tuviera novio, pero sé tus intenciones de esta noche, tienes deseos de tener relaciones conmigo, y te diré una cosa, no te lo voy a negar tengo muchas ganas de hacerlo también.-
Fuimos a su apartamento, un lugar cerca del muelle, con cierto estilo de lujo, de hecho recuerdo las lámparas de la entrada parecían remontarte a otra época, no puedo describir demasiado dado que la clase de historia del arte nunca fue demasiado excitante para mi persona. Lo que si puedo mencionar es que creo haber tenido una de mis mejores relaciones sexuales esa noche. Tampoco quiero entrar demasiado en detalle, hay momentos en que una persona debe guardarse sus momentos de lujuria para ella misma.
Al día siguiente Miguel se despertó mucho después que yo, y cuando vio que me retiraba de su apartamento me dijo: -Espera, quiero saber una cosa, por qué razón desde que te conocí en el bar, no me has dado un sólo beso a pesar de que hemos tenido relaciones sexuales y nos hemos acariciado-, a lo que yo respondí: -Estás loco, ¿Un beso? sería demasiado íntimo, fue sólo sexo...-
Un beso es lo que realmente me remueve el corazón, un beso es lo más grande que puede sentir cualquier mujer, no es lo mismo que sólo tener relaciones, es algo más profundo, que trasciende, algo que te libera, que te envía directo a otro mundo, yo desde luego tuve otros momentos de sexo nada más pero un beso... un beso todavía espero de mi verdadero amor.
Con esta ya van alrededor de 4 tragos, siempre de un caballero distinto, he visto varios hombres atractivos, pero sigo con una pena muy grande por eso prefiero tomarme el tiempo literalmente, es decir bebiendo de las copas, al lado esta mi amiga Jessica, sólo se ríe, es complejo entenderle a alguien en ese estado de ebriedad. Yo sin embargo soy más precavida y me mido en base a las anteriores experiencias, confiezo que 4 copas me ponen bastante feliz, sin embargo puedo mantenerme lo suficiente racional como para saber donde estoy y donde voy.
Es la tercera vez que voy al baño, dado que soy como las que en España conocen: "De pitillo flojo", puedo caminar bien y desde luego tengo unos minutos en el baño de mujeres, el mismo siempre es un drama, y más parece una sala de reuniones que un baño en sí, hay amigas por aquí y por allá hablando de acontecimientos que poco o nada me importan, de hecho yo soy de las que asisto sola, no me gusta ir acompañada para chismear, he tenido tiempo para colocar un poco de agua en mi rostro, no me preocupa el maquillaje, dado que contrario a las otras chicas no soy de las que usa demasiado, he tenido el suficiente tiempo como para ver mi rostro en el espejo, me veo poco feliz y hasta algo cansada, no sé exactamente a que se debe, a mis 25 años debería sentirme bien. Es acaso que todo con el tiempo se complica. No es que envidie a las demás personas pero me gustaría a veces estar en otro lugar, quizás gracias a mi juventud tengo deseos de tenerlo todo ya, y a toda costa, incluso lo mejor.
En fin, lo único que deseo es volver a tomar otra copa, nada mejor que una bebida fuerte y con aroma a cereza, a veces hago una analogía y cada trago es como una inyección para socializar más, y no pensar tanto, porque el pensar es a veces el mayor esclavo a los sueños que probablemente nunca realicemos, por eso prefiero inyectar más alcohol a mi cuerpo, que seguir viviendo irrealidades, al menos por algunos instantes suelo pensar que poseo todo lo del mundo, todo eso al alcance de una copa.
Con un poco más de confianza me he quitado los tacones, nadie podría verlo dado que el antro esta bastante oscuro y por debajo de la mesa es complicado que alguien se acerque, justo a mi lado se ha sentado un muchacho, claro que me lo ha pedido de manera cortés y yo al mirar el estado de la para mí Invisible Jessica he decidido aceptar su propuesta.
-Hola mi nombre es Miguel, yo fui quien te invitó a la copa- dijo con un tono casi sensual, yo desde luego no sabía de que copa hablaba porque es muy natural y por cierta astucia que tengo al ir a bares y recibir invitaciones de bebidas con apenas conocer algo de los tipos. yo respondí: -Muchas gracias la verdad es que ese martini me encantó-.
-Martini, yo te invité a un whisky en las rocas- dijo con tono de preocupado. Me di cuenta que no se trataba de la última bebida sino de una anterior, este tipo de situaciones no sólo comprometen humillan pero sé librarme de ellas, así que dije: -Es cierto lo que pasa es que Jessica mi amiga me la cambio porque ella quería beber Whisky-.
-Suele suceder, mirá me he dado cuenta que te veo pensativa y con una sensibilidad demasiado exagerada como para estar en un antro como este, dime ¿Deberíamos ir a algún lugar más tranquilo para poder platicar sobre nosotros?.- A medida que terminaba sus frases pausaba más la voz como para insinuar un mensaje de sexo cada vez más explícito.Yo no es que sea una santa, desde luego me gusta volverme difícil ante chicos que conozco demasiado, lo que pasa es que cuando conoces a alguien profundamente involucras el corazón y los sentimientos y realmente no haces sexo, sino que tienes un cúmulo de sentimientos que te mueven todo el cuerpo, incluso en el vientre sientes como mariposas, a diferencia del sexo, que desde luego es una necesidad, sin amor no es más que sexo. Pero finalmente el sexo también es muy bueno, esta es una declaración que no admitiría en las fiestas de café y galletas con mis amigas, pero a mí me encanta hacer el amor, y por eso no dudo demasiado ante propuestas esporádicas.
-Me encantaría estar a solas contigo Miguel, pero también tengo la responsabilidad de dejar a Jessica en la puerta de su apartamento, porque si miras el estado de ella es imposible que por sí sola llegue.- Le dije mientras mi mirada se detenía justo al enfocar sus bellos ojos de color azul.
-No deberías preocuparte, dado que también estás algo ebria pero yo casi no he bebido y puedo dejarla a ella en su apartamento y luego irme contigo a conversar en el mío- dijo Miguel con la voz que cada vez era algo más apetecible para mi persona, sin duda acepte moviendo la cabeza, y nos fuimos en su auto, un deportivo de color negro, que daba la sensación de ser de un ganster por sus vidrios polarizados.
En el trayecto no dijimos ni una sola palabra, yo sólo cavilaba sobre lo que haríamos después de dejar a Jessica. Cuando llegamos justo a ese momento fue una tarea difícil guiar a mi amiga para poder encontrar su puerta, y me sentí como en un juego de televisión de sábado, dado que tuve que probar como 1000 llaves para por fin dar con la que abría la puerta central, una vez entramos a la sala, Jessica se desplomó sobre el sofá de su sala principal, yo le apagué las luces y me fui al auto de Miguel.
-Tu amiga se pasó de copas, pobrecita- Dijo Miguel, a lo que yo respondí; -Estará bien para mañana lo que sucede es que esta deprimida porque su novio recientemente la ha dejado y entonces no sabe como sobrellevar la situación-.
-Entiendo suele suceder, me pregunto ¿Cómo una chica tan sensual como vos no tiene novio?- Me dijo con ciertos aires de grandeza, a lo que yo respondí: -Nunca dije que no tuviera novio, pero sé tus intenciones de esta noche, tienes deseos de tener relaciones conmigo, y te diré una cosa, no te lo voy a negar tengo muchas ganas de hacerlo también.-
Fuimos a su apartamento, un lugar cerca del muelle, con cierto estilo de lujo, de hecho recuerdo las lámparas de la entrada parecían remontarte a otra época, no puedo describir demasiado dado que la clase de historia del arte nunca fue demasiado excitante para mi persona. Lo que si puedo mencionar es que creo haber tenido una de mis mejores relaciones sexuales esa noche. Tampoco quiero entrar demasiado en detalle, hay momentos en que una persona debe guardarse sus momentos de lujuria para ella misma.
Al día siguiente Miguel se despertó mucho después que yo, y cuando vio que me retiraba de su apartamento me dijo: -Espera, quiero saber una cosa, por qué razón desde que te conocí en el bar, no me has dado un sólo beso a pesar de que hemos tenido relaciones sexuales y nos hemos acariciado-, a lo que yo respondí: -Estás loco, ¿Un beso? sería demasiado íntimo, fue sólo sexo...-
Un beso es lo que realmente me remueve el corazón, un beso es lo más grande que puede sentir cualquier mujer, no es lo mismo que sólo tener relaciones, es algo más profundo, que trasciende, algo que te libera, que te envía directo a otro mundo, yo desde luego tuve otros momentos de sexo nada más pero un beso... un beso todavía espero de mi verdadero amor.
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